Dejamos la ciudad de Ushuaia. Los cerros Olivia y Cinco Hermanos nos saludan una última vez para abrirnos el camino en la pampa.
Nuestra primera parada, el lago Fagnano, donde nos acude un equipo de paramédicos con su perro súper entrenado, capaz desplazar un carro con sus dientes. Pasamos una bonita primera noche.
Las cosas se complican por Alexis. Antes la salida, sentía un dolor al tendón de su rodilla derecha. Los kilómetros recorridos solo han amplificado el dolor, que aumenta un poco más cada día. Después haber conversado, decide volver a Ushuaia para hacer exámenes complementarios y curarse. Un golpe en la cara para todo el equipo. Ahora, solo somos dos, después tres días de viaje.
Laurent y Julien siguen juntos hasta Rio Grande. Ciclamos a través una pampa dura, que no nos deja relajar un minuto. Afrentamos ráfagas de viento a 80, a veces 100 km/hora. La gente nos indica que el viento sopla en el mismo sentido en toda Patagonia, es decir, para nosotros, en nuestra cara. Tendremos que aguantar físicamente para cruzar esta parte, lo que representa un increíble desafié físico
Nos paramos en una estancia donde los gauchos nos acuden con los brazos abiertos. Comimos un delicioso guiso de pasta.
Después una larga negociación, pasamos una noche a dentro del campamento del quinto batallón del ejército marítimo Argentino. Los soldados son muy orgullosos decirnos que los ingleses siempre se recordaran de la persistencia argentina durante la lucha.
Después una buena noche de descanso, decidimos irnos en la pampa profunda, en los caminos de tierra. Aun afrentamos unas ráfagas de viento muy impresionantes. Ya estamos desde hace 15 kilómetros en esta ruta. De repente, una persona se para para avisarnos que la frontera chilena está cerrada. En conclusión, tenemos que volver a Rio Grande. Una vez de vuelta, el viento dobla de potencia, nos resulta imposible seguir con las bicis. Acabamos campeando atrás de una “casa” con su “bonito jardín” deteriorado. Después una corta siesta y un plato de avena, decidimos avanzar hasta un lugar menos malsano. Pasamos la noche en una estancia jesuita.
Nuevo dia con su viento habitual. Llegamos con dificultad a San Sebastián donde decidimos dejar nuestros Kayaks para alejarnos. Nuestras bicis son demasiado pesadas y las condiciones climáticas nos cansan mucho. Entonces, Julien se va de dedo a Ushuaia, para volver el día siguiente al puesto de frontera de San Sebastián, donde Laurent le espera con impaciencia.
Une vez la frontera chilena pasada, nos vamos a Porvenir, con una extra vuelta en las costas de la Bahía Inútil. El objetivo : ver la única colonia de pingüino Rey en América del Sur. Encontramos a Claudia y Luis, les explicamos nuestro proyecto, y es con la más grande alegría que asistimos a su trabajo diario. Aprendimos más en cuento a la vida de los pingüinos Rey y su historia. Un día muy gratificante que nos ha permitido hacer un súper encuentro, tanto humano como ecológico, pero también gastronómico (comimos unos trozos de carne de cordero de la pampa, 100 % biológico con un sabor increíble)
Después este día lleno de emoción, volvemos en la ruta para Porvenir, donde el viento no se para y nos hace avanzar a una medida de 8 Km/hora. Es muy cansado que llegamos a la casita de Claudio, un pescador de la tierra del fuego. Dormimos en su cabaña rudimentaria, donde aprendimos más de la pesca de la centolla. Desafortunadamente, la temporada es terminada y no podemos ir a pescar con él.
Ahora, estamos en el Ferry que nos lleva hasta Punta Arenas, donde descansaremos unos días antes volver en la ruta hasta Torres del Paine..