Equipado con mi red para mariposas, recuerdo aquella hermosa época en la que pasaba todos los veranos persiguiendo a los ejemplares más raros para completar mi colección. Toda mi juventud está dedicada a la observación de los animales, la naturaleza y del bosque.

A los 22 años, graduado en comercio exterior, la ONG Miel Maya me contrata para realizar un estudio de mercado sobre el sector apícola en Bolivia. Paso la mayor parte de mi tiempo en el campo, compartiendo la vida de estos hombres, apicultores por pasión y voluntad. Esta convicción de vivir su pasión intensamente en la mayor sobriedad es, sin duda, la fuerza motriz de esta obra «Aventura en las voces de las Américas».

Decido cambiar mi red de mariposas por una cámara para testiguar el mundo, y tomo cursos de fotografía y cine. Abrumado por la abundancia de noticias negativas sobre el cambio climático, fundo la organización sin fines de lucro Cycling-Togeth’Earth, y salgo al campo para darme cuenta de la situación en el mundo.

Durante 4 años, viajo por el continente americano sin motor. 46.000 kilómetros en bicicleta y canoa/kayak para conocer el mundo, siguiendo las voces de las Américas. Porque son las voces de los hombres, de los seres vivos y de la tierra las que me han guiado a lo largo de todos estos años.

Es a través de la galería de fotos, la película y el libro que les cuento mi aventura con la mayor sinceridad.  Cada foto es para mí una historia que merece ser contada. Lejos de ser un diario de viaje, es a través de los encuentros que les hablo de mi propia experiencia.

Esta obra es sin duda el espejo de mis ojos, abriendo la mente al campo de las posibilidades y a las soluciones para nuestro futuro como humanidad.